En un giro del destino marcado por la coincidencia de apellidos, el mediocampista Gilbert Álvarez de Oriente Petrolero anotó el gol de la ilusión para los locales, pero el delantero Willan Álvarez de Nacional Potosí selló la eliminación cruceña con el tanto del empate 1-1 en el Estadio de Real Santa Cruz, «Juan Carlos Durán». Este resultado, en la vuelta del repechaje de la Copa Paceña, confirma la clasificación de la Banda Roja a cuartos de final tras el 3-1 de la ida en Potosí.

El partido, cargado de tensión y necesidad para Oriente Petrolero que buscaba remontar una desventaja de dos goles netos, arrancó con los albiverdes dominando las acciones. Al primer minuto del primer tiempo, Gilbert Álvarez, con un potente disparo desde el borde del área tras un rebote, inauguró el marcador y encendió a la multitud cruceña, que soñaba con una heroica clasificación. El tanto parecía el comienzo de una noche mágica, pero la respuesta potosina no se hizo esperar en la segunda mitad. En el minuto 52, Willan Álvarez, quien ingresó al área chica en diagonal y fusiló al arquero con un potente zapatazo. empató el encuentro frustrando cualquier esperanza de clasificación de los verdolagas.

El desarrollo del duelo reflejó la intensidad de una llave que Nacional Potosí había inclinado a su favor en la altitud de Potosí el 12 de noviembre. En esa ida, disputada en el Estadio Víctor Agustín Ugarte, los visitantes anotaron tres goles gracias a la efectividad de su tridente ofensivo, con contribuciones clave de jugadores como Núñez y el propio Willan Álvarez, quien acumula cinco tantos en la Copa Paceña. Oriente, por su parte, mostró destellos de su potencial local pero pecó de imprecisión en la definición, limitándose a un solo gol pese a generar al menos tres claras oportunidades más en la segunda etapa. La regla de la competencia, que no contempla penales en esta fase y prioriza el global, hizo que el empate en la vuelta no alcanzara para revertir el 4-2 agregado.

Esta derrota deja a Oriente Petrolero, undécimo en la tabla liguera, enfocado en redimirse en la División Profesional, donde ha mostrado irregularidad con solo dos victorias en sus últimos diez compromisos. Nacional Potosí, en cambio, avanza con moral alta y enfrentará en cuartos a uno de los clasificados directos, aspirando al título que otorga boleto a la Copa Libertadores, o al subcampeonato para la Sudamericana. La Banda Roja, impulsada por figuras como los Álvarez y Núñez, se erige como un outsider peligroso en la recta final del torneo.

Para los fanáticos cruceños, la noche del 15 de noviembre quedará grabada por el «doble Álvarez»: uno que ilusionó y otro que sentenció. El fútbol boliviano, implacable, sigue su marcha, recordándonos que en 90 minutos caben sueños y desengaños.