El mundo del fútbol llora la muerte de Javier Azkargorta, el mítico seleccionador español que llevó a Bolivia a su única clasificación histórica al Mundial de Estados Unidos 1994, falleció este viernes en su domicilio en Bilbao, España, a los 72 años de edad, según confirmaron fuentes cercanas a la familia y la Federación Boliviana de Fútbol (FBF).
Azkargorta, nacido el 26 de septiembre de 1953 en Azpeitia, Guipúzcoa, se convirtió en una figura legendaria en Sudamérica al asumir las riendas de la selección boliviana en 1993, en un momento de crisis para el equipo. Bajo su dirección, Bolivia logró el hito impensado de clasificarse al torneo mundialista, derrotando a Brasil en el Estadio Hernando Siles de la ciudad de La Paz, por 2-1, en un partido épico que selló la hazaña. Aquel gol de Marco Etcheverry y la solidez defensiva orquestada por el vasco marcaron un antes y un después en el deporte rey boliviano, despertando un fervor nacional que aún resuena en la memoria colectiva.
Su carrera como entrenador fue tan variada como exitosa. Antes de llegar a Bolivia, Azkargorta había dirigido clubes en España como el Barakaldo CF y el Bilbao Athletic, demostrando su talento para la formación de jugadores jóvenes. Tras el Mundial 94, donde Bolivia no avanzó de la fase de grupos pero dejó una huella imborrable, continuó su trayectoria en el continente americano: dirigió al The Strongest y Bolívar en Bolivia, ganando múltiples títulos locales; pasó por el fútbol ecuatoriano con Emelec y Barcelona SC, y también por el peruano con Alianza Lima. En sus últimos años, se mantuvo vinculado al análisis futbolístico y a la academia de jóvenes talentos en su tierra natal, siempre con un ojo puesto en el desarrollo del deporte base.
El «Bigotón», como lo apodaban cariñosamente en Bolivia por su característico bigote, no solo transformó el rendimiento de la Verde sino que simbolizó la unión entre España y Sudamérica a través del fútbol. Al asumir el cargo, enfrentó amenazas de muerte por ser considerado un «invasor extranjero», pero su carisma y resultados lo convirtieron rápidamente en un ídolo. «Azkargorta nos enseñó a soñar en grande», recordó el exjugador boliviano Erwin Sánchez en un tuit difundido esta mañana. La FBF emitió un comunicado oficial expresando «profundo dolor» y declarando duelo en el fútbol nacional, mientras que la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) lo despidió como «un embajador del balompié ibérico».
Aunque las causas del deceso no han sido reveladas de manera oficial, se especula con complicaciones de salud relacionadas con una enfermedad crónica que lo aquejaba desde hace años. Su partida deja un vacío en el fútbol sudamericano, pero su legado perdura en cada generación de jugadores bolivianos que se inspira en aquella gesta de 1994. En Bolivia, ya se habla de un homenaje póstumo en el Estadio Hernando Siles de La Paz, donde miles de hinchas se congregan espontáneamente para recordarlo. Azkargorta, un vasco de pura cepa que se sintió siempre boliviano, se va, pero su historia sigue viva en las canchas del mundo.
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