La comunidad de San José se encuentra de luto tras el sensible fallecimiento de Papito Cuellar, un personaje entrañable y multifacético que dejó una huella imborrable en el corazón de quienes lo conocieron. Su partida representa la pérdida de una figura irremplazable, cuya vida estuvo marcada por su dedicación al servicio de los demás y su pasión por el deporte, la historia y la convivencia social.

Papito Cuellar fue mucho más que un vecino de San José; fue un símbolo de compromiso y camaradería. Como futbolista, basquetbolista, árbitro y servidor público, demostró un talento innato y una disposición constante para contribuir al bienestar de su comunidad. Siempre acompañado de su característico cigarro y una taza de café, Papito era conocido por sus charlas amenas, llenas de anécdotas y sabiduría, que compartía en cualquier encuentro, ya fuera en reuniones laborales, políticas, sociales o deportivas.

Su memoria prodigiosa lo convirtió en una verdadera biblioteca histórica de San José. Amigos, colegas y vecinos acudían a él para corroborar datos, analizar temas del pasado o discutir asuntos actuales, confiando en su vasto conocimiento y perspectiva única. Su ausencia deja un vacío profundo en la comunidad, que pierde no solo a un gran hombre, sino a un custodio de su historia y tradiciones.

La partida de Papito Cuellar a la patria eterna ha conmocionado a todos los que tuvieron el privilegio de conocerlo. En su honor, San José despide con gratitud y respeto a un hombre que vivió para servir y cuya legado perdurará en la memoria colectiva.

Paz en tu tumba, Papito.