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Jorge «Tuto» Quiroga reconoce oficialmente la victoria de Rodrigo Paz Pereira en las elecciones presidenciales de Bolivia

En un gesto que disipa especulaciones sobre posibles impugnaciones electorales, el excandidato presidencial por la Alianza Libre, Jorge «Tuto» Quiroga, reiteró su reconocimiento a la victoria de Rodrigo Paz Pereira en el balotaje presidencial del 19 de octubre, confirmando así el fin de dos décadas de gobiernos de izquierda en Bolivia y abriendo la puerta a una transición pacífica hacia un nuevo mandato centrado en la gobernabilidad y la reactivación económica.

Jorge «Tuto» Quiroga, expresidente de Bolivia (2001-2002) y líder de la centroderecha conservadora, puso fin este miércoles a las dudas iniciales sobre el proceso electoral al declarar públicamente que Rodrigo Paz Pereira es el «presidente electo» y que su gobierno «gobernará estos cinco años». En una conferencia de prensa realizada en La Paz, Quiroga enfatizó que, «más allá de los problemas que toda elección tiene», la victoria de Paz es clara y merece el respaldo institucional de todas las fuerzas políticas. «La crisis necesita una actitud madura», afirmó el excandidato, quien inicialmente había solicitado una auditoría de las actas electorales en respuesta a manifestaciones de sus simpatizantes, pero ahora prioriza la unidad nacional.

El anuncio llega un día después de que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) concluyera el cómputo oficial de votos, ratificando el triunfo de Paz Pereira con el 54,96% de los sufragios válidos frente al 45,04% obtenido por Quiroga. Esta contienda, la primera segunda vuelta en la historia boliviana, se desarrolló en medio de una profunda crisis económica marcada por inflación galopante, escasez de divisas y una división interna en el Movimiento al Socialismo (MAS), que no presentó un candidato único tras la ruptura entre el presidente saliente Luis Arce y el expresidente Evo Morales. Paz Pereira, economista de 58 años con estudios en Relaciones Internacionales y senador nacional por el Partido Demócrata Cristiano (PDC), emergió como una sorpresa en la primera vuelta con un discurso moderado que atrajo votos indecisos y nulos, prometiendo un equilibrio entre apertura económica y justicia social.

Durante su intervención, Quiroga extendió una oferta concreta de colaboración: instruyó a sus 12 senadores y 39 diputados en la Asamblea Legislativa Plurinacional a apoyar incondicionalmente la elección de los postulantes del PDC para presidir las Cámaras de Senadores y Diputados. «Que el presidente Rodrigo Paz diga públicamente quiénes son sus candidatos, y pondremos todos los votos a cambio de nada, solo por la gobernabilidad de Bolivia», declaró, rechazando explícitamente cualquier chantaje político. En alusión directa a las declaraciones de Evo Morales, quien se atribuyó parte del triunfo de Paz al influir en los votos nulos y llamó a no dejarlo «entrar al Chapare», Quiroga calificó estas afirmaciones como un «chantaje inaceptable» y aconsejó a Paz: «Diga ‘gracias, pero no gracias’ a Evo Morales». Esta propuesta de apoyo legislativo podría facilitar a Paz la aprobación de leyes financieras con mayoría simple y reformas constitucionales con dos tercios, en un Congreso fragmentado donde el PDC formará un cogobierno con Unidad para alcanzar mayorías.

La victoria de Paz Pereira, heredero político del expresidente Jaime Paz Zamora, representa un giro histórico hacia la centroderecha moderada, tras 20 años de dominio del MAS iniciado por Morales en 2005. En su primer discurso postelectoral, Paz celebró el resultado como «la voz de los que no aparecían en las encuestas» y prometió una «reconstrucción económica» con énfasis en la estabilidad macroeconómica, atracción de inversiones y diálogo con sectores indígenas y de clase media. Felicitaciones internacionales no se hicieron esperar: el presidente argentino Javier Milei lo saludó por poner fin al «fracasado modelo del socialismo», mientras un comunicado conjunto de Ecuador y otros ocho países americanos elogió la madurez democrática boliviana.

El presidente saliente Luis Arce también felicitó a Paz, destacando la «participación pacífica» y deseando «éxitos para un futuro más justo». Analistas coinciden en que esta transición, programada para el 8 de noviembre, será clave para estabilizar el país, con Paz asumiendo en un escenario de alta expectativa por reformas que equilibren el mercado con inclusión social.

Con este reconocimiento, Bolivia cierra un capítulo de polarización electoral y se encamina hacia una era de renovación política, donde la colaboración entre opositores como Quiroga y el nuevo gobierno podría ser el factor decisivo para superar la crisis. «Ningún triunfo es permanente y ninguna derrota te doblega», reflexionó Quiroga, reafirmando su compromiso con la democracia institucional.