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Maduro Moviliza Milicias y Llama a Civiles a Defender Venezuela Ante Despliegue Militar de EE.UU. en el Caribe

El presidente Nicolás Maduro ha ordenado la movilización de 4.5 millones de milicianos y ha instado a los civiles venezolanos a enrolarse en las filas para defender la soberanía nacional, en respuesta al despliegue de fuerzas navales y aéreas estadounidenses en el sur del Mar Caribe, que incluye buques de guerra y miles de efectivos militares. Esta escalada de tensiones se produce en medio de acusaciones mutuas, con Washington calificando al gobierno de Maduro como una «organización criminal» ligada al narcotráfico, mientras Caracas denuncia una amenaza imperialista.

La crisis se intensificó esta semana cuando el Pentágono, bajo órdenes del presidente Donald Trump, autorizó el envío de tropas navales y aéreas al Caribe sur, con el objetivo declarado de neutralizar el denominado «Cártel de los Soles», presuntamente vinculado al régimen venezolano. Fuentes oficiales estadounidenses, incluyendo al senador Marco Rubio, han enfatizado que el régimen de Maduro «no es un gobierno, es una organización criminal», confirmando el despliegue de fuerza aérea y naval en la región. El movimiento cuenta con el apoyo de Colombia, que ha autorizado a embarcaciones y aeronaves estadounidenses navegar por el Caribe sur, lo que ha sido interpretado como un cerco directo a Venezuela.

En respuesta, Maduro ha activado un plan de defensa nacional, anunciando la movilización de 4.5 millones de milicianos a lo largo del territorio venezolano. Durante un discurso televisado, el mandatario advirtió a Estados Unidos: «Venezuela hoy más que nunca tiene con qué», refiriéndose a la preparación militar y la determinación de su pueblo para resistir cualquier intervención. Cientos de venezolanos han respondido al llamado, formando filas en plazas y puestos militares en Caracas y otras ciudades para alistarse en la milicia nacional, con el lema «Rifles y misiles para la fuerza campesina, para defender el territorio, la soberanía y la paz de Venezuela».

El despliegue estadounidense incluye al menos tres buques de guerra, como destructores y el buque de asalto Iwo Jima, acompañados de submarinos con capacidad nuclear y alrededor de 4.000 soldados. Maduro ha calificado esta acción como un «pretexto para la intervención», acusando a Trump de ordenar la misión bajo la fachada de una operación antidrogas. Aliados regionales como China han emitido advertencias contra la escalada, mientras que la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA-TCP) ha condenado el buildup militar de EE.UU. como «ilegal» y ha expresado apoyo a Maduro.

Analistas señalan que esta confrontación representa el punto más álgido en las relaciones bilaterales desde las tensiones por el Esequibo con Guyana, donde EE.UU. ya había realizado ejercicios militares. Usuarios en redes sociales y perfiles informativos destacan que el «sur del Mar Caribe está tomado por fuerzas navales de EE.UU.», con Maduro «rodeado» y el costo de su permanencia en el poder en aumento. Países como Ecuador y Paraguay se han sumado a la ofensiva diplomática contra Caracas, intensificando la presión internacional.

Mientras las fuerzas estadounidenses patrullan el Caribe y los milicianos venezolanos se preparan para una posible confrontación, el mundo observa con preocupación si esta crisis derivará en un conflicto armado o en una resolución diplomática. Maduro ha reiterado su llamado a la unidad nacional, afirmando que «ningún imperio va a tocar a Venezuela», pero el futuro permanece incierto en medio de esta tensa standoff.