Ciudad del Vaticano – El mundo católico y líderes de diversas religiones lamentan la muerte del Papa Francisco, ocurrida hoy en la Ciudad del Vaticano. Jorge Mario Bergoglio, quien asumió el pontificado en 2013, falleció a la edad de 88 años tras complicaciones derivadas de un ictus cerebral, según confirmó el Vaticano hace pocas horas. Su deceso marca el fin de un papado que se caracterizó por un enfoque en la misericordia, la justicia social y la reforma de la Iglesia Católica.
La noticia del fallecimiento del Sumo Pontífice ha generado una oleada de reacciones a nivel global. Jefes de estado, dignatarios religiosos y ciudadanos comunes han expresado su pesar y han reconocido el impacto del Papa Francisco en temas cruciales como la pobreza, el cambio climático y el diálogo interreligioso. Su cercanía con la gente, su humildad y su constante llamado a la inclusión lo convirtieron en una figura respetada más allá de las fronteras de la fe católica.
El legado de Francisco incluye importantes encíclicas como «Laudato Si'», en la que abordó la urgencia de la crisis ambiental, y «Fratelli Tutti», que promovió la fraternidad y la amistad social. Durante su pontificado, impulsó reformas en la administración vaticana y se mostró firme en su lucha contra los abusos sexuales dentro de la Iglesia. Su apertura al diálogo con otras confesiones y su defensa de los migrantes y refugiados fueron sellos distintivos de su liderazgo.
Tras conocerse la noticia, las campanas de la Basílica de San Pedro repicaron en señal de duelo, y miles de fieles comenzaron a congregarse en la Plaza de San Pedro para rendir homenaje al Pontífice. El Vaticano ha iniciado los preparativos para las ceremonias fúnebres, que se espera convoquen a líderes de todo el mundo.
La muerte del Papa Francisco abre un periodo de Sede Vacante en la Iglesia Católica, durante el cual el Colegio Cardenalicio se reunirá en cónclave para elegir a su sucesor. La figura del próximo líder será crucial para definir el futuro de la Iglesia y su rol en un mundo en constante cambio. El legado de Francisco, sin duda, marcará un punto de referencia importante para quien asuma la guía de la Iglesia en este momento trascendental.