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Conmoción en San José de Chiquitos, al recordar a Darwin Cambará Cabello, la segunda víctima fatal del COVID-19 en esa población

Su deceso, ocurrido un 26 de mayo de 2020 en medio de una estricta cuarentena, puso de manifiesto el dolor y la incertidumbre que la pandemia trajo consigo.

Un adiós marcado por la angustia y la desolación

El 26 de mayo de 2020 quedó grabado a fuego en la memoria de la familia Cambará y de la comunidad de San José de Chiquitos. Darwin Cambará Cabello, un joven y apreciado integrante de esta familia, se convirtió en la segunda víctima del COVID-19 en la localidad. Su fallecimiento ocurrió en un contexto de cuarentena rígida, que impedía los velorios y limitaba drásticamente los acompañamientos fúnebres debido al temor al contagio.

El dolor de la pérdida se mezcló con la angustia de las circunstancias. Solo un puñado de amigos cercanos y familiares pudieron asistir al velorio de Darwin, bajo estrictas medidas de bioseguridad. La escena más desgarradora, según los relatos de quienes estuvieron presentes, fue ver a Don Osmán Cambará, padre de Darwin, recoger el ataúd vacío en una carretilla. La funeraria se negó a llegar hasta el domicilio por miedo al contagio, dejando el féretro en plena calle, a media cuadra de la casa de la familia. Con lágrimas en los ojos y el alma hecha pedazos, Don Osmán trasladó el cajón, un acto de amor y desolación que conmovió a todos.

El drama se intensificó con el personal médico, que con un nudo en la garganta, envolvía el ataúd con plástico para evitar la propagación del virus. Pero la cadena de dolor no terminó ahí. Vecinos del barrio Cristo Redentor intentaron bloquear el entierro cristiano de Darwin en el cementerio, nuevamente por temor a la propagación. La intervención de la policía y la alcaldía fue necesaria para que el sepelio pudiera realizarse con todas las medidas de bioseguridad.

El Día de la Madre Boliviana de 2020 se tiñó de luto para Doña Blanca Cabello, la madre de Darwin. Tuvo que enterrar a su hijo, acompañada únicamente por unas cuantas mujeres que alzaban el cajón, sin el consuelo de sus demás familiares y amigos. La noticia se propagó rápidamente, inundando las redes sociales con mensajes de apoyo a la familia. Radio El Cacique guardó un día de silencio en señal de respeto, y Daniela Cambará, desde El Carmen Rivero Tórrez, publicó la canción «No aprendí a decir adiós» de Leandro y Leonardo, acompañada de emoticones de llanto, expresando el sentir colectivo.

Hoy, 26 de mayo, se cumplen cinco años de aquel doloroso suceso que marcó un antes y un después en San José de Chiquitos y en el mundo. La memoria de Darwin Cambará Cabello sigue viva, como un recordatorio de una pesadilla que nadie desearía volver a vivir.

Un recuerdo que duele y enseña

Descansa en Paz querido Darwin