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Mons. Bascopé: Dios se complace amándonos, que este amor sea la fuerza y la fuente de nuestra vida cristiana

Este 5 de mayo, VI Domingo de Pascua, el Mons. Fernando Bascopé, Obispo auxiliar de la Diócesis de San Ignacio de Velasco y presidente del Área de Educación de la Conferencia Episcopal Boliviana, reflexionó sobre el inmenso amor que Dios tiene por todos nosotros, que entregó a su único hijo “para que todo el que crea en él tenga la vida eterna” (Jn 3,16). El Obispo alentó a vivir la alegría de ser amados por Dios, para que este amor sea la fuerza y fuente de nuestra vida cristiana.

En la ocasión, pidió ambientarnos en la escena de la última cena, donde el evangelista san Juan narra desde el capítulo 13 hasta el primer versículo del capítulo 18 lo que acontece: “El ambiente de este discurso sobre el amor de Dios es un ambiente propicio, la última cena, la cena de despedida, pero también la cena en que Jesús invita a sus discípulos a permanecer en el amor, a continuar siendo sus Discípulos en el amor”.

“Jesús recuerda a Dios padre que es fuente del amor”, señaló el Mons. Bascopé y remarcó la proclamación de la buena noticia, Dios padre se complace amando, “el Evangelio lo dice, en el bautizo y en la transfiguración ‘este es mi hijo el amado, en quien yo me complazco’… Dios padre no simplemente ama, sino que se complace amando, se alegra amando, goza amando”.

La autoridad eclesial lamentó que en muchas ocasiones las personas nos desviamos del núcleo esencial del Evangelio, que es el amor. Y recordó al Papa Benedicto XVI, que en su Encíclica “Dios es amor” manifiesta la entrega de Jesús, que da su cuerpo y su sangre por amor.

El Obispo reiteró el mandamiento del amor, que es Cristo que se entrega en la Cruz. Aseguró que “la medida del amor cristiano no es el amor mundano, no es el amor humano, es ‘como yo los he amado’, la Cruz, en la entrega total, porque si el amor cristiano tiene la medida del hombre, es un amor egoísta y mezquino, pero contemplando la Cruz de Cristo, el mandamiento del amor es un mandamiento que se entrega, que dona una vida, que se entrega totalmente”.

Al concluir, el Obispo Bascopé pidió que en un instante de silencio se recuerde la declaración de amor que el Señor hace para que la alegría sea completa: “Jesucristo se complace mirándonos a nosotros, amándonos; que este amor sea la fuerza, la fuente de nuestra vida cristiana”, finalizó.